Hace aproximadamente un siglo, el novelista francés Marcel Proust (1871-1922) en su obra “A la búsqueda del tiempo perdido”, describió cómo el olor y sabor de una magdalena devuelven a la infancia al protagonista, a sus colores, sabores y sentimientos. Es el hilo que le conduce al pasado.
La ciencia se ha interesado también por el «efecto Proust», también llamado «magdalena de Proust» y estudia las bases neurológicas de la evocación de recuerdos y su aplicación, por ejemplo, en el campo del Marketing Sensorial.
Despertando emociones
Hasta hace poco, las empresas no se habían percatado del efecto que produce un olor agradable en la experiencia del cliente. La mayoría de las firmas han basado su identidad corporativa en la imagen (el logotipo, el patrocinio o el mobiliario de los establecimientos) y el oído (el hilo musical de las tiendas o la melodía de un anuncio en televisión).
Sin embargo, la emoción que evoca un olor puede ser decisiva en el momento de la compra y es posible identificarlo con los valores que la marca pretende transmitir.
El 83% de todas las comunicaciones comerciales apelan solo al sentido de la vista. Dejando el 17% para el resto de nuestros cuatro sentidos. Sin embargo, lo que oímos y olfateamos es significantemente más influyente en nuestro humor y emociones que ningún otro sentido.

El poder de los aromas
Un estudio de la Universidad de Rockefeller de Nueva York, reveló que el ser humano recuerda:
El 35% de lo que huele, el 5% de lo que ve, el 2% de lo que oye y el 1% de lo que toca.
Los olores modifican directamente nuestro comportamiento y las funciones corporales. Es el sentido más desarrollado por los humanos y al contrario que los otros llega directamente al sistema límbico que es la región cerebral responsable de las emociones, sentimientos, instintos e impulsos, de almacenar los contenidos de la memoria y regular la liberación de hormonas.
Al alcanzar directamente el sistema límbico consiguen rápidamente una acción / reacción, ya que ataca directamente a los instintos básicos, a la memoria y a las emociones.
Los olores nos influyen de una manera directa pudiendo relajarnos, calmarnos, estimularnos, asustarnos, seducirnos, provocarnos… Podemos llegar a identificar más de 10.000 aromas diferentes que influyen en nuestra memoria y sentimientos.
Son numerosos los estudios que se han realizado para comprobar el efecto de los olores en la memoria e incluso en el estado de ánimo.

¿Qué es el Marketing Olfativo?
El marketing olfativo consiste básicamente en dar a una marca o empresa un odotipo, es decir, un olor único y exclusivo que la identifique. El odotipo, junto con el resto de elementos de imagen de la empresa como el logotipo y el eslogan, complementa la identidad de la empresa.
La función comercial del odotipo consiste en crear una asociación olfativa del aroma con el producto o servicio. El cliente asocia un aroma agradable con el producto, lo que crea una percepción positiva del mismo y por tanto aumenta las posibilidades de que vuelva a consumirlo o contratarlo.
Bienvenido al emocionante mundo del Marketing Olfativo.