Apasionado como soy de las neurociencias y del poder que pueden tener los diferentes perfumes en el comportamiento del ser humano, hoy os escribo sobre un tema que descubrí hace muy poco y me parece apasionante, las diferentes opiniones de personas muy cualificadas sobre el efecto de los aromas mientras dormimos.

En la Academia Americana de Otorrinología en Chicago se presentó un nuevo estudio alemán presentado por el Dr. Boris A. Stuck y su equipo donde se afirmaba que los olores que percibe nuestra nariz mientras dormimos condicionan el contenido de nuestros sueños.

Para llegar a esta afirmación, realizaron un experimento en el que exponían a una serie de sujetos a olores agradables (rosas) y desagradables (huevos podridos) mientras dormían. Cuando despertaron, los sujetos afirmaban haber tenido sueños agradables en el primer caso, mientras que las experiencias eran negativas cuando dormían con el molesto olor. Este estudio podría abrir un estudio para desarrollar terapias enfocadas en la aromaterapia para mejorar nuestro descanso.

Francesca Faruolo, fundadora y directora de Smell – arte y cultura olfativa, una organización sin fines de lucro fundada en 2010 con el objetivo de promover la educación y la creatividad relacionadas con la percepción olfativa es una acérrima defensora de que los sueños son a menudo aromáticos.

«Tengo sueños olfativos muy positivos, especialmente con la flor de naranjo, una flor vinculada al corazón», dice Faruolo. «Los sueños olfativos existen», insiste Faruolo. «Hay gente que en su vida cotidiana o es muy sensible a los olores o tiene un sentido del olfato muy bien entrenado».

Los académicos han hecho poca investigación sobre este tema, generalmente enfocándose en el efecto que tienen los olores externos en los sueños.

Algunos de los primeros experimentos científicos documentados son de hace 150 años, mucho antes de la aparición de los laboratorios de estudio del sueño y los electroencefalogramas.

En su trabajo de 1865 Le sommeil et les revés (El sueño y los sueños), el físico francés Alfred Maury –cuyos estudios fueron citados por Freud en «La interpretación de los sueños»– describe sus experiencias auto inducidas de sueños sensoriales.

Para determinar si la estimulación olfativa puede afectar los sueños, Maury pidió a un ayudante que pusiera agua de colonia bajo su nariz mientras dormía. Al despertar, el académico dijo que había soñado que estaba en El Cairo, en Egipto, en el taller de Giovanni María Farina, el perfumista que inventó la colonia, antes de embarcarse en una fascinante serie de aventuras.

Por otro lado Rachel Herz, experta en psiquiatría de la Universidad Brown, en Estados Unidos, afirma que esto es un sinsentido. Herz es autora del libro «El aroma del deseo», y sus investigaciones y experimentos indican que las personas no responden a los olores cuando están en la fase REM o sueño profundo.

«No puedes oler cuando estás dormido», dice. «No hueles el olor a café y te despiertas, más bien te despiertas y entonces hueles el café». Sin embargo, señala la investigadora, si nos despertamos brevemente y percibimos el aroma del café, eso nos despertará más si nos interesa.Cualquier olor que se huela en sueños, como los que afirma sentir Faruolo, son «creados por la mente, no en el exterior».

Esta teoría fue rápidamente rebatida por Thomas Hummel, de la Clínica de Olfato y Gusto de la Universidad de Dresden, Alemania. Sus investigaciones corroboran la conclusión de Herz de que los olores no nos despiertan, pero Hummel sugiere que los estímulos olfativos sí tienen una influencia en los sueños. Herz y Hummel, sin embargo, aceptan que existen los sueños olfativos.

También lo hace Rosalia Cavalieri, autora de Il naso inteligente (La nariz inteligente), aunque ella dice que son muy raros», y como los sueños, los olores tienen una naturaleza evocadora que es difícil de expresar en palabras».

Los estudios de percepción olfativa han mostrado que si un olor es familiar o puede ser nombrado, las personas lo perciben mejor, incluso de forma consciente. Esto explicaría por qué muchos de los soñadores olfativos están, según Faruolo, involucrados de algún modo en el sector de los perfumes.

Las evidencias más convincentes de esto, de acuerdo a Cavalieri, surgen de las memorias de la escritora ciega y sorda Helen Keller, «obligada a esforzar» su sentido del olfato más que el resto de la gente.

En su libro «El mundo en el que vivo», Keller escribe:
«Huelo y saboreo en sueños tanto como cuando estoy despierta… En mis sueños tengo sensaciones, olores, sabores e ideas que no recuerdo haber tenido en realidad», así que quizás, si desarrollamos nuestra conciencia olfativa, seremos capaces de tener fantásticos sueños aromáticos.

Por último según Tim Jacob, de la Universidad de Cardiff, en un estudio realizado, ha analizado a personas en su fase REM de sueño, a las que se ha expuesto a diferentes aromas 10 segundos antes de despertarse. Curiosamente, la sensación que tuvieron en relación con el sueño, variaba dependiendo del tipo de olor. Esto ocurre debido a que el sentido del olfato es el único que no ‘descansa’ cuando estamos dormidos.